2 de abril de 2013
Las tierras del Cesar y el Magdalena se muestran llenas de riquezas, no sólo por las capacidades productivas que cada una posee, sino por la calidad de su gente y las luchas, que con tesón, y en medio de situaciones de escasez, emprenden para salir adelante.
Muestra del talante, del empuje, de los sacrificios realizados y de las ganas por ir más allá para trascender, están varios jóvenes que al haberse destacado en su formación académica como bachilleres, además de esmerarse por día a día ser mejores seres humanos, permiten que las oportunidades lleguen, demostrando que optar por los buenos caminos vale la pena.
Quizás esa sea la mejor enseñanza que han recibido los ocho jóvenes que fueron seleccionados como becados Drummond para este año 2013, quienes ahora hacen parte de los 53 jóvenes que han resultado beneficiados desde el 2006, año en el que se dio el nacimiento de este programa. Hoy todos ellos cuentan con el patrocinio de sus estudios universitarios y el auxilio económico para su sostenimiento en las ciudades en donde harán sus carreras.
Aspiraciones de progreso que forjan región
La gratitud y alegría se reflejan claramente en la voz de María de los Ángeles Herrera, una joven del Corregimiento de Rincón Hondo en Chiriguaná (Cesar), quien se encuentra cursando el primer semestre de Ingeniería Geológica. Tras haber sido seleccionada como becada Drummond para cumplir sus sueños de ser profesional menciona que: “esta experiencia simboliza y es muestra de bendición, éxito y profesionalismo; de una oportunidad maravillosa que agradece a Dios y a Drummond para salir adelante, para crecer y obtener más conocimientos”.
Por su parte, Yurlenis Trespalacios expresa que la oportunidad de estar becada y prepararse fue inesperada, por lo que está aprovechándola al máximo para, en un futuro, recibir su grado como Ingeniera de Minas en Valledupar; en su proyecto de vida está ayudar a su familia a progresar y por qué no, aportar con sus conocimientos a una empresa como Drummond, que propende por la superación.
En el caso de Damir Redondo, un joven de Orihueca (–Zona Bananera – Magdalena), que diariamente ayuda a su madre, cabeza de familia, en su trabajo diario y al sostenimiento de su hogar, esta oportunidad es el impulso para alcanzar las metas que tenía fijadas. Se siente feliz porque este logro representa el poder escalar y conseguir algo que se veía difícil al no contar con los recursos suficientes. Hoy tiene como objetivo continuar con sus estudios universitarios y ser ejemplo de vida de otros jóvenes para motivarlos a no desfallecer ante sus sueños.
Al igual que estos jóvenes, Hamilton Reales y María Camila Socarrás, de La Jagua de Ibirico; María Alejandra Ortega, del municipio del Paso; Angélica Herrera, del municipio de Bosconia, todos ellos del Departamento del Cesar; y Andrea Ferreira, del Corregimiento de Orihueca (Magdalena), contarán con la oportunidad de enfrentarse a un mundo profesional, de prepararse para tener expectativas y una visión más positiva sobre su futuro, convirtiéndose en un apoyo esencial para sus familias, quienes también han estado presentes a lo largo de su formación.
Para Drummond trabajar por los sueños que nacen de nuestra tierra es tener la posibilidad de consolidar su compromiso con la sociedad, con la gente que trabaja por su región y con aquellos que también tienen dentro de sus metas hacer de Colombia un mejor país, capaz de contar con gente pensante y más preparada, que propenda por el bienestar común.