A través de sus políticas de gestión ambiental la Compañía busca la protección y conservación de su entorno enfocándose en el desarrollo de programas que están orientados, de manera continua, a la protección de la fauna.
Es por esto que dentro de la operación, las labores de salvamento y traslocación de fauna juegan un papel significativo como métodos para proteger y salvaguardar las especies que se encuentran en las zonas en donde se llevan o llevarán a cabo acciones mineras. Igualmente se ejecutan procesos de ahuyentamiento de los animales, orientando su desplazamiento a lugares seguros, fuera de las áreas de intervención.
La traslocación de animales silvestres es uno de los procedimientos ambientales apropiados que se implementan cuando un ecosistema con su fauna asociada va a ser intervenido. Este procedimiento se implementa como medida de mitigación de impactos ambientales, permitiendo que poblaciones animales sean reubicadas en hábitats naturales que ofrezcan condiciones similares a las que ocupaban, o bien liberar en el sitio grupos de animales traídos de otros lugares con atributos ecológicos similares, siempre dentro de su rango de distribución (UICN, 1995).
Para la selección de los sitios aptos para el traslado de la fauna, se hace necesario valorar la capacidad de carga del sitio de recepción, definida ésta como el máximo número de organismos que un ecosistema puede soportar en condiciones naturales sin que se afecte su equilibrio. De ahí la importancia de estos estudios, para determinar si el ecosistema receptor es capaz de soportar la introducción de las especies traslocadas.
De esta forma se tienen establecidas 4 fases específicas en los programas de Salvamento y Ahuyentamiento que contribuyen a la conservación y seguridad de especies. La primera, de Inspección inicial, en donde se identifican las áreas a intervenir, buscando facilitar el desplazamiento de manera instintiva de la fauna a los lugares donde no habrá intervención del proyecto. Una segunda fase, de ahuyentamiento, en donde se implementan emisiones sonoras, similares a los sonidos de depredadores que faciliten la huida, para luego adecuar barreras que reduzcan las posibilidades de que los animales regresen a lugares en los que puedan estar en riesgo.
Una tercera fase de captura y traslocación, dirigida especialmente a aquellos animales de desplazamiento lento o que no puedan trasladarse por sus propios medios. En este punto los animales son revisados por un médico veterinario encargado también de realizar otros procedimientos de identificación y fichaje para observar que sufran el menor impacto al momento de ser liberados. Asimismo, se establecen los posibles desplazamientos para minimizar el estrés y facilitar la integración con los demás seres, asegurándose que elijan las rutas de escape previamente planeadas. Por último, se da la fase de evaluación, momento en el que se retroalimentan las experiencias frente a futuros desplazamientos de fauna silvestre, se divulgan los resultados y se envían los reportes a las entidades ambientales correspondientes.
Es así como Drummond asume con responsabilidad su relación con el medio ambiente, implementando acciones adecuadas para proteger y conservar los escenarios y ecosistemas que se encuentran o están cercanos a sus operaciones mineras.